¿Qué perdemos si no se trabaja por erradicar la brecha de género en ciencia?
La doctora Arlek González advierte sobre el impacto de perpetuar la baja representatividad femenina en el desarrollo del conocimiento.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la doctora Arlek González, quien tiene una destacada trayectoria como joven investigadora del Centro Interdisciplinario de Neurociencias de la Universidad de Valparaíso (CINV), alertó sobre los nocivos efectos de perpetuar la brecha de género en el campo de la investigación científica.
La también coordinadora de Investigación de la Facultad de Farmacia UV señaló que, a pesar del avance de los últimos años, las mujeres siguen estando subrepresentadas en las áreas de ciencia y tecnología.
“Aunque en los primeros años son más mujeres que hombres las que ingresan a estudiar programas de pregrado del área de ciencias, esa proporción va cambiando a lo largo de la carrera académica, siendo en un porcentaje muy minoritario las que avanzan a paso firme y mucho menos las que llegan a ocupar puestos de titularidad”.
La académica agregó que “en ciencias, el porcentaje de mujeres que lidera proyectos de investigación básica o aplicada, o que están a la cabeza de iniciativas de emprendimiento tecnológico, sigue siendo muy bajo. Este es un tema a nivel mundial, sin duda, pero en Chile esta brecha es una de las más altas. Para acortar esas brechas es fundamental primero que estas se reconozcan, se identifiquen y en base a ello desarrollar políticas claras para abordarlas, tanto a nivel de instituciones como a nivel de gobierno. Es importante que estas políticas se enfoquen a distintos niveles. En niñas y adolescentes es fundamental darles a conocer tempranamente la importancia de hacer investigación, del aporte que han realizado diversas mujeres en estas áreas, que tengan acceso a conocer historias que las empoderen y que las entusiasmen a estudiar y a quedarse en las carreras STEM (acrónimo en inglés que hace referencia a ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) ya desde la edad escolar”.
En esa línea, explicó que en la academia o en el mundo laboral, en general, las políticas deben apuntar a asegurar que no exista “castigo” por la maternidad o por el cuidado de terceros, considerando que mayoritariamente son mujeres las que se ausentan del trabajo para cumplir con estos roles.
“Ojalá se incentive desde las políticas para que estas labores sean realmente compartidas con los hombres y que no sea una variable impactando en el éxito laboral de las mujeres. En investigación, se debe fomentar la participación y el liderazgo de mujeres. En este sentido, nuestra UV ha dado pasos importantes como la creación de fondos internos de investigación dirigidos especialmente a mujeres como Ideas Mujer. A nivel de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) se dio este año un paso muy importante asegurando paridad en la adjudicación de becas para los estudios de doctorado en Chile. Estas políticas, sin duda, van en la dirección correcta en pos de acortar la brecha de género en Ciencias”.
También advirtió que si la brecha de género en ciencias se perpetúa a futuro habrá consecuencias relevantes que afectarán a la sociedad en su conjunto: una de las más importantes es “la pérdida de talento”.
“Al igual que existen hombres investigadores brillantes capaces de aportar a la generación de conocimiento y al desarrollo tecnológico, existen mujeres investigadoras, científicas talentosas con preguntas de investigación distintas, una mirada diferente que no nos podemos dar el lujo de omitir. Hacer ciencia limitando la participación de un grupo nos lleva a producir conocimiento con sesgos”, aseguró.
En ese escenario, se limitará la cantidad de talento disponible para abordar los desafíos científicos y tecnológicos actuales y futuros. Esto se debe a que se desaprovecharán los conocimientos, habilidades y perspectivas de las mujeres, lo que llevará a una menor capacidad de innovación y descubrimiento en la ciencia. Por lo tanto, la brecha de género en la ciencia puede conducir a una escasez de talento y limitar el progreso en diferentes áreas de la ciencia y la tecnología.
Finalmente, al preguntarle ¿cuánto debería invertirse para asegurar la erradicación de la brecha de género en ciencias?, la investigadora respondió: “Desconozco las cifras exactas, pero los recursos debiesen destinarse, por ejemplo, a generar campañas de motivación en niñas y adolescentes, financiar programas de mentorías de mujeres exitosas en el área científica para incentivar a niñas, adolescentes y a investigadoras en etapas iniciales. En la academia los recursos deberían orientarse a generar fondos de investigación especialmente dirigidos a mujeres y a equiparar sueldos en las instituciones en las que existan diferencias entre hombres y mujeres para un mismo cargo (cosa que aún ocurre)”.